Viviendo con ansiedad
Abril de 2020 – los eventos actuales que ocurren en el mundo, me hacen reflexionar sobre el tema de la ansiedad y viviendo con ella. De hecho, he estado tratando de escribir sobre esto desde que comencĂ© este blog en 2019. Finalmente organicĂ© mis pensamientos para escribir y contarte lo que sĂ© sobre vivir con ansiedad.
Yo soy, como muchos otros en todo el mundo, una persona que vive con ansiedad. Mientras escribo y les cuento más sobre mi infancia, mis recuerdos y mi familia, tengo que escribir sobre la ansiedad y cómo afecta mi vida. Veo que afecta las vidas de muchos otros de diferentes maneras.
Ahora es el momento de contarles sobre mi educaciĂłn. Tengo un bachillerato (licenciatura) en psicologĂa, inspirada en la lucha de mis hijos con la ansiedad y el dĂ©ficit de atenciĂłn. TambiĂ©n completĂ© una MaestrĂa en EducaciĂłn en ConsejerĂa. Con la esperanza de entender por lo que estaban pasando mis hijos, descubrĂ que yo tambiĂ©n estaba lidiando con la ansiedad.
La ansiedad es, según lo definido por el Instituto Nacional de Salud Mental (NIMH siglas en inglés), la respuesta normal del cuerpo al estrés. Es una emoción que hace que las personas se sientan nerviosas, preocupadas, temerosas o emocionadas. Cuando la ansiedad no se puede controlar, se convierte en un trastorno. Es entonces cuando una persona no puede controlar su miedo o su preocupación.
El estrĂ©s es una respuesta natural del cuerpo. Puede afectar a cualquier persona a cualquier edad. Los efectos negativos del estrĂ©s pueden causar ansiedad, depresiĂłn y otros problemas fĂsicos y de comportamiento. Cuando una persona está preocupada o asustada, hay momentos en que los pensamientos se concentran en lo que está causando la preocupaciĂłn, no permitiendo que la mente piense en una soluciĂłn o quĂ© hacer para resolver el problema.
PermĂtanme compartir un poco de historia: en 1936, el endocrinĂłlogo austriaco Hans Selye estudiĂł el estrĂ©s y sus efectos y publicĂł sus hallazgos bajo el tĂtulo “Un sĂndrome producido por diversos agentes nocivos”. DefiniĂł el estrĂ©s como la respuesta del cuerpo a una demanda que se le impone. EstudiĂł los efectos de las hormonas en el cuerpo y las respuestas del cuerpo como reacciones lĂłgicas. Luego estudiĂł y descubriĂł que las personas tienen diferentes reacciones al mismo factor estresante debido a su diferente forma de pensar y dar importancia a las situaciones.
Una respuesta popular y bien conocida al estrĂ©s es la llamada “lucha” o “huida”. Una persona puede liberar suficiente adrenalina para enfrentar la situaciĂłn. Algunos otros están demasiado estresados o asustados que prefieren escapar o esconderse de la situaciĂłn.
Una persona con ansiedad puede vivir una vida normal. Aunque normal es relativo a cada persona. Mi normal podrĂa no ser tu normal. CorrecciĂłn, mi normal, estoy segura, no es tu normal. Cada uno de nosotros, incluso los que crecen juntos en una familia, aprendemos a lidiar con las cosas y las situaciones de una manera diferente.
La ansiedad se convierte en un problema o un trastorno cuando una persona no puede manejarlo, no puede encontrar formas de adaptarse a las situaciones y luego se siente abrumado por la preocupación y el miedo. Comienza a interferir con la vida diaria, incluido el desempeño en el trabajo y las relaciones. Una persona se vuelve temerosa, incluso paranoica, de realizar ciertas actividades, interactuar con otros o ir a lugares.
Los sĂntomas incluyen: sentirse inquieto, fatigado, irritable, tener dificultad para concentrarse o controlar los sentimientos de preocupaciĂłn, tener tensiĂłn muscular, problemas para dormir, incluyendo dificultad para conciliar el sueño o permanecer dormido. Para obtener más informaciĂłn, consulte la página del Instituto Nacional de Salud Mental sobre ansiedad (informaciĂłn en inglĂ©s) https://www.nimh.nih.gov/health/topics/anxiety-disorders/index.shtml.
Como una de los hermanos mayores, me enseñaron a cuidar a los más pequeños. TenĂa la impresiĂłn de que no debĂa quejarme, sino buscar maneras de hacer que las cosas funcionen. SĂ, todavĂa nos quejamos cuando las cosas no salen bien. Pero aprendĂ a trabajar con lo que tenĂa y seguir adelante.
Hace un par de años, fui a ver a mi mĂ©dico de atenciĂłn primaria quejándome de palpitaciones. Ella preguntĂł “Âżalguna de tus actividades diarias ha cambiado?” RespondĂ “No. Todo es normal”. Ella me ordenĂł tomar mi presiĂłn arterial todos los dĂas durante una semana al mismo tiempo. TambiĂ©n me enviĂł a ver a un cardiĂłlogo, para asegurarme de que mis palpitaciones no eran causadas por una afecciĂłn cardĂaca.
Cuando comencĂ© a registrar mis lecturas de presiĂłn arterial, siempre estaba alta. Me di cuenta de que mi “normal” era un caos. TenĂa un adolescente, un niño pequeño, trabajaba a tiempo completo, iba a la universidad por la noche, además mi madre estaba enferma y yo vivĂa lejos de ella. Esa era mi “normalidad” en ese momento. El cardiĂłlogo no encontrĂł motivo para alarmarse, pero me dijo que vigilara mis niveles de estrĂ©s.
No fue hasta que regresĂ© a la universidad que descubrĂ el nombre de todo lo que me estaba afectando: ansiedad. Mi ansiedad comenzĂł cuando estaba creciendo. No sabĂa que era ansiedad hasta que fui adulto. Siempre he sido tĂmida, por lo que siempre fue un poco difĂcil hacer nuevos amigos. Me pongo muy nerviosa cuando tengo que lidiar con nuevas situaciones. Me pongo nerviosa cuando tengo que levantarme y dirigirme a un grupo. Me pongo nerviosa cuando tengo que confrontar a alguien por cualquier problema o situaciĂłn. He aprendido a lidiar con eso. Me preparo para las presentaciones, me doy una charla motivadora (sĂ, el tipo “puedes hacerlo”).
Hay muchos tipos de trastornos de ansiedad que pueden aparecer como fobias. Una fobia es un miedo que te paraliza, supera tu pensamiento racional. Las fobias incluyen miedo a animales especĂficos, situaciones especĂficas (como alturas, espacios abiertos o cerrados, volar) o eventos sociales (demasiadas personas o estar solo).
Tengo fobia a un animal o criatura especĂfica. Nuestra casa estaba en una zona rural, y me encantaba nuestra casa y nuestros alrededores. Pero habĂa una cosa que odiaba: insectos, insectos espeluznantes. Si salĂamos al patio o a las colinas para explorar, enviaba a mis hermanos delante de mĂ para despejar el camino. Si uno de esos insectos entraba en la casa, mi mamá hacĂa que desapareciera. Ahora, soy yo quien los hace desaparecer. Mis hijos saben acerca de mi fobia, por lo que intentan ayudar a deshacerse de esos insectos espeluznantes.
Tengo fobia a estar en la oscuridad, donde no puedes ver nada. Viviendo en una zona rural, ¡de noche la vista era increĂble! Hay tantas estrellas visibles, y creo que la luna brilla más que en cualquier otro lugar. Pero estaba muy oscuro. TomĂł muchos años obtener un poste de luz exterior. Entonces, cuando era niña y era hora de dormir, mi madre nos mandaba a la cama, nos ordenaba cerrar las ventanas, cerrar la puerta de la habitaciĂłn, apagar las luces y acostarnos. SĂ, compartĂ una habitaciĂłn con mis hermanas, pero la habitaciĂłn estaba muy oscura. Tan oscuro que ni siquiera podĂa ver mis manos.
Eso causĂł muchas pesadillas, todavĂa lo hace. Tuve pesadillas terribles de insectos espeluznantes, o incluso animales salvajes en nuestra habitaciĂłn. No, no hay grandes animales salvajes en Puerto Rico. Puede haber algunos perros, gatos, ratas, pero no leones o tigres. Solo los del zoolĂłgico. Pero tuve pesadillas terribles pensando en todos esos animales entrando a nuestra habitaciĂłn. TambiĂ©n odio ver cualquier pelĂcula de terror, solo porque las imágenes permanecen en mi cerebro y seguro que tendrĂa una pesadilla.
He tenido ansiedad social por años. Siempre fui muy tĂmida (todavĂa lo soy). Me toma tiempo hacer amigos. Afortunadamente, crecĂ y fui a la escuela con el mismo grupo de niños hasta la escuela secundaria. Pero todavĂa me tomĂł un tiempo sentirme cĂłmoda con los demás. Hoy en dĂa, con la interacciĂłn en Internet y las redes sociales, podemos hacer amigos sin tener que ver a los demás en persona de inmediato. Podemos conocer gente y chatear en lĂnea. Por lo general, tendemos a pasar el rato con personas que tienen intereses similares a los nuestros.
Cuando estaba en la escuela secundaria, me inscribĂ en el Club Drama/Teatro. ¡Me encantĂł! Me aprendĂa todas las lĂneas del guiĂłn (sĂ, era tan nerd), asĂ que sabĂa a quiĂ©n le tocaba hablar, y tambiĂ©n sabĂa sus lĂneas. ÂżPero adivina que? Odiaba subir al escenario. Nuestro maestro de drama, el señor Luna, me dio una gran idea. Me dijo que no mirara a la audiencia, sino que mirara las luces o el fondo de la sala. FuncionĂł.
ÂżQuĂ© más he descubierto con el tiempo que me causa ansiedad? Lagos o aguas profundas, porque no puedo ver el fondo. AsĂ que nunca aprendĂ a nadar. Si el agua fuera poco profunda, no es ningĂşn problema. SolĂa saltar en estanques y sumergirme bajo el agua hasta llegar a la orilla del rĂo. No, tampoco me interesa ir en un crucero.
Tampoco me gustan los aviones, en parte debido a la altura, pero principalmente porque me siento encerrada en una cápsula, y mi mente piensa que no hay forma de salir. Si estoy en una habitación sin ventanas, estoy buscando la salida, en caso de que necesite salir. No me gustan los puentes o túneles. Soy claustrofóbica y agorafóbica.
La ansiedad se convierte en un problema mayor si la persona no tiene formas de lidiar con ella. Cuando le impide disfrutar de sus actividades diarias, cuando deja de ir a lugares que le gustan, cuando no puede controlar sus pensamientos y comienza a sentir preocupación y miedo todo el tiempo. Entonces es hora de buscar ayuda. Hable con alguien, encuentre formas de averiguar qué hacer, distraiga su mente con pasatiempos o vaya a ver a un profesional.
He podido controlar mi ansiedad, encontrar formas de lidiar con ella. Siempre trato de tener un plan y ha funcionado. Pienso de antemano y estudio si puedo manejar la situaciĂłn. Muchas veces, siendo una madre con un trabajo a tiempo completo, me preocupo demasiado. Pensamientos de situaciones de “quĂ© pasarĂa si” llenan mi mente. No podemos controlarlo todo. Tenemos que confiar en que estamos haciendo nuestro mejor esfuerzo. Soy una persona de fe. Rezo a menudo. Esto funciona para mi.
Mi hijo mayor sufre de ansiedad y depresiĂłn. ComenzĂł a tener episodios de ansiedad durante la adolescencia. Luego comenzĂł a tener signos de trastorno obsesivo compulsivo. Intentaba compensar las cosas que no podĂa resolver. Sus abuelas se enfermaron, tuvimos un bebĂ© en la casa (su hermano) que cambiĂł su rutina, Ă©l estaba comenzando la escuela secundaria. Fue mucho para Ă©l. Ha sido capaz de manejarlo, pero ha sido una batalla.
El trastorno obsesivo compulsivo es una forma disruptiva de ansiedad. Afecta todo lo que haces y sientes que no puedes controlar nada, a menos que cuentes cosas, no toques cosas, no vayas a lugares. Nuestros pensamientos controlan nuestras acciones. Muchas veces nuestras mentes tienen lo que se llama pensamientos “irracionales”, tratando de dar sentido a las cosas o situaciones que nos dan miedo.
Tengo un buen ejemplo de este pensamiento “irracional”, como me sucediĂł recientemente. ExperimentĂ© una serie de eventos que desencadenaron un ataque de ansiedad / pánico muy malo. Tuve que viajar en aviĂłn sola. He hecho esto antes, pero me sentĂa ansiosa por otros eventos. El vuelo se retrasĂł debido a las tormentas elĂ©ctricas. Decidieron poner a los pasajeros dentro del aviĂłn, pero terminamos atrapados allĂ durante 2 horas antes de que el aviĂłn despegara. Ni siquiera podĂa quedarme sentada por mucho tiempo. Mi mente seguĂa pensando que estaba “atrapada”. TenĂa que levantarme, era un desastre nervioso. No, no llorĂ© ni causĂ© una escena. Los caballeros que estaban sentados a mi lado fueron lo suficientemente amables como para mantenerme entretenida y distraĂda.
Pero no podĂa dejar de pensar en lo que iba a hacer cuando tuviera que volar de regreso a casa. DecidĂ cancelar el vuelo, y mi anfitriona, mi querida prima, decidiĂł llevarme guiando 14 horas desde Louisiana a Florida. LleguĂ© a casa a salvo, pero no podĂa dejar de preocuparme. TerminĂł siendo un viaje divertido, pero estaba tan conmocionada que terminĂ© yendo a la sala de emergencias y me dieron medicamentos para ayudarme a calmarme.
Esta es la primera vez que pierdo el control y no puedo calmarme. Muchas veces, mi cerebro piensa demasiado. SĂ© esto, y trato de encontrar formas de distraerme para no terminar preocupándome. Leo, escucho mĂşsica, veo televisiĂłn y he estado escribiendo. Todo esto ayuda. SĂ© que estarĂ© bien. SĂ© que podrĂ© manejar mis miedos nuevamente. Fue un poco demasiado para mĂ manejarlo. Esta vez tengo que confiar y busquĂ© la ayuda profesional. Tengo que tomar medicamentos, porque mis tĂ©cnicas habituales no funcionaban. Siempre trato de tener una actitud positiva y creo que hay un resultado positivo. ConfĂo en que todo estará bien. Incluso si el resultado no es lo que querĂa o esperaba.
Otras formas de distraer tu mente de la preocupaciĂłn es encontrar un pasatiempo. Encuentra algo que te guste hacer o te gustarĂa aprender: cocinar, tocar un instrumento, hacer ejercicio. Para obtener más formas e ideas para combatir la ansiedad, consulta esta informaciĂłn en la página de Healthline (informaciĂłn en inglĂ©s) aquĂ https://www.healthline.com/health/natural-ways-to-reduce-anxiety.
Con todo lo que sucede en el mundo que nos rodea, sĂ© que muchos de nosotros tendemos a preocuparnos demasiado. SĂ© que a veces da demasiado miedo. Entre crĂmenes, finanzas, pĂ©rdida de trabajo, enfermedad, vivimos en tiempos difĂciles. El brote global de este nuevo Coronavirus nos está poniendo a todos en una situaciĂłn difĂcil. Pero no todo es malo. Mi consejo personal: no te avergĂĽences de reconocer tus sĂntomas y pide ayuda si es necesario. Trata de tener un plan para cuando el pánico o el miedo superen tus pensamientos. Usualmente recurro a la mĂşsica o la oraciĂłn. La oraciĂłn ayuda. Y si sientes que no puedes controlar tu ansiedad, solicita ayuda. Con suerte, tienes gente para ayudarte. Si no lo haces, busca un consejero. No hay nada de malo en pedir ayuda.
ConfĂo en que esta difĂcil situaciĂłn en la que todos estamos viviendo pasará. ConfĂo en que estoy siguiendo procedimientos seguros, y protegiĂ©ndome a mĂ y a mi familia. Mantengo mis pensamientos positivos, por difĂcil que sea. Estoy aquĂ tratando de mantenerme en calma. Busca ayuda si la necesitas. Es hora de mi tacita de cafĂ©. ¡Salud! ¡Por favor, cuĂdate y mantente a salvo!
For English version, see https://fullofcoffee.blog/2020/01/07/living-with-anxiety/
0 Comments
Lilliam Alvarado
Tambien le he tenido pavor a dormir a oscuras, desde sentir ruidos, inclusive sentir como alguien o algo posarse sobre mi cuerpo y no poder gritar ni defenderme, una vez te despertaste porque yo estaba llorando en Rio Piedras, no se si lo recuerdas?, desde ese momento dejo una lucecita encendida y a mis 50 años, 3 hijas y 3 nietos trato de hacerme la fuerte delante de ellos, pero cuando me quedo sola, a veces empiezo a llorar sin motivo alguno o prefiero dormir para sentirme mejor. Gracias por ser mi hermana mayor y mi comadre, te quiero mucho
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