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Una tacita de café con mi amiga, la autora Sonia Seda Gaztambide

Diciembre 2020 – Aquí les traigo otra entrevista, esta vez de alguien a quien conozco en persona. No de Twitter, ni de Facebook, aunque nos volvimos a encontrar cuando me uní a Facebook, y nos hemos mantenido en contacto.

Quiero presentarte a una amiga, quien fuera mi compañera de trabajo hace unos añitos. Se trata de la autora puertorriqueña Sonia Seda Gaztambide. Sonia siempre ha sido una persona amigable, espontánea, extrovertida y, en mi opinión, muy divertida. Nos conocimos cuando ambas trabajábamos en el Senado de Puerto Rico, en el Capitolio. Por si no lo sabías, algunas personas (como nosotras) sí trabajamos duro mientras estuvimos allí. Muy buenos recuerdos.

Sonia junto a su esposo Julio

Al encontrarnos en Facebook, ella comenzaba un blog “Desde Mis Polos”, donde compartía incidencias de su diario vivir con un punto de vista cómico. A veces se nos hace difícil encontrar gracia en el diario vivir. Sonia lograba hacerme reir con sus ocurrencias. Luego descubrí que su blog se convirtió en el anticipo de lo que ha sido su obra de arte, su libro Sin filtro y sin alcohol: la gracia en lo cotidiano.

Sonia cursó su Bachillerato en Comunicaciones con concentración en Redacción para los Medios en la Universidad del Sagrado Corazón en Puerto Rico. Recientemente obtuvo el grado de Maestría en Artes de la Comunicación con concentración en Redacción para los Medios, y una Certificación en Creación Literaria de la misma universidad. Con esto se animó a publicar su libro.

Y, pues, Sonia me cuenta su historia. Aquí nuestra conversación:

El nombre de mi blog es Full of Coffee, así que la primera pregunta es ¿cómo te gusta tu café? Porque te gusta el café, ¿cierto?

  • Ingiero el café como sea: mocha, espresso, con leche, negro, en dulces, flanes, bizcochos, inhalado y si me lo pudiera fumar, pues también.

Y siendo puertorriqueña, probablemente comenzaste a tomar café como yo, cuando eras joven. Cuéntame la historia sobre cómo empezaste a tomar café.

  • Viví dos etapas de ingerir café. De pequeñas (menos de 5 años) mi abuela nos levantaba con un biberón de café leche y miel. Era un sabor único, que nunca he podido reproducir pero que aún puedo recordar y transportarme a esos días. Luego dejé de beberlo hasta que entré a la universidad. Como sabes, éramos 5 hermanas: cuatro en universidad y una en escuela superior. No siempre había dinero para hacer compra. Así que, por no pedirle a mis padres, viví (sobreviví) mucho tiempo a fuerza de un café negro y un paquete de mentos durante el día y, en la noche, la cena que me daban por pertenecer al equipo de judo de la universidad. No recuerdo esto con tristeza, sino con alegría, porque me encanta el café y la menta, y una era joven e ignorante. Fácilmente pude haber desarrollado una úlcera, pero no. Me puedes ver mascando chicle y bebiéndome un café sin vergüenza ninguna.

La vida de estudiante universitario y la vida de hospedaje la recuerdo muy bien. Sé que creciste en Mayagüez con tu familia. Háblame de tu infancia.

  • Nací y crecí en Mayagüez. Nada extraordinario ni privilegiado. Éramos 5 hermanas y mis padres. Soy la cuarta, cosa que no me hace nada especial ni acomplejada (no soy la mayor, ni la del medio, ni la menor, que son supuestamente los que tienen algún complejo). No éramos ricos, pero nunca nos faltó nada. Estudiamos en un colegio privado con mucho sacrificio de mis padres. Hace unos días recordaba que se suponía que estábamos becadas en el colegio, y fue como en undécimo grado que me enteré que SE SUPONÍA que trabajara en la biblioteca por estar becada… Todavía me están esperando.

¿Tu infancia tuvo alguna influencia en tu interés por la lectura o la escritura?

  • ¡Claro que en mi infancia surgió un gran interés por la lectura y, luego, por la escritura! ¡Éramos 5 mujeres, papi, mami y UN SOLO TELEVISOR! De modo que olvídate de ver algo que me gustara en TV; pero contaba con 3 bibliotecas personales. En casa había un librero con la Enciclopedia Cumbre, el Diccionario Enciclopédico Hostos, la colección de cuentos  clásicos infantiles Mi Libro Encantado y otros libros de distintos temas. Recuerdo claramente que también estaba “El Libro del Buen Modal” que mi papá me obligó a leer en un verano porque le salí con no sé qué malacrianza. Me leía lo que fuera. Leí libros de esoterismo, religiosos, fantasía, definiciones y hasta mapas (muy Mafalda yo). En mi otra biblioteca, en casa de mi abuelo, había la colección más completa que puedas imaginar de la revista Selecciones de Reader’s Digest. Ahí leía historias verídicas y chistes. Velábamos al cartero para coger la revista y leerla antes que mi abuelo. ¡Tenía que hacer turno para leer su propia revista! Jajajaja Y mi tercera biblioteca era en casa de mis tíos. Cuando me quedaba en su casa leía otros libros de cuentos y las novelas que ya habían leído mis primos en la escuela y que mi tía guardaba. También leía paquines y papi me compraba la revista Mad, que me encantaba. Mi pasión por la escritura la gatilló mi maestro de español de 7mo grado, Míster Pardo. Todos los meses escribíamos un ensayo según sus instrucciones (tema, cantidad de palabras). Era toda una aventura y resultó que yo escribía muy bien, tan bien que su esposa (también maestra de español) llegó a pensar que yo los llevaba escritos a clase. El único problemita era que los temas eran sorpresa, no había manera. A partir de ahí, escribía de todo: parodias de canciones (era fan de Los Rayos Gamma, un programa de parodia satírica muy popular en Puerto Rico), discursos, ensayos, monólogos y chistes.

¡Wow! ¡Yo recuerdo la Enciclopedia Cumbre! Y yo era de las que leía libros o revistas en cualquier casa que visitaba. Cuéntame, ¿cuándo te decidiste a probar la escritura profesional?

  • Siempre me había interesado la escritura profesional, pero no conocía nada de ese mundo. Tuve un blog por un tiempo, pero lo encuentro muy complicado. Más tarde, mientras estudiaba la maestría en Redacción para los Medios, hice una certificación en Creación Literaria de la Universidad de Sagrado Corazón y tomé varios cursos de Redacción de Guiones. Ahí conocí muchísimos escritores, artistas y profesores únicos, de quienes aprendí algo del mundo literario. Como requisito de mi maestría escribí una serie de columnas humorísticas sobre distintos temas cotidianos. Uno de mis lectores de tesis fue Silverio Pérez (escritor, productor puertorriqueño muy conocido en los medios). Me hizo muy buenas recomendaciones y me instó a publicar y, aunque todo el comité me recomendó publicar mi trabajo, no pensé nada al respecto. Sin embargo, al llevar el trabajo a encuadernar, los chicos de la imprenta me sorprendieron con estas expresiones: “Yo leo todas las tesis que se encuadernan aquí y te tengo que decir que este ha sido el mejor trabajo que he leído en mi vida. No lo podía creer. Espero que me disculpes, pero tengo que confesar que se lo compartí a mi mamá y también le encantó. Tienes que publicar esto.” “Yo no me leo todo lo que viene aquí; pero esta tesis me la leí completa. Este trabajo no lo pueden meter en la sala con las demás tesis aburridas. Esto la universidad lo tiene que sacar a parte.” ELLOS fueron quienes me empujaron a publicar… dos completos desconocidos que habían disfrutado de lo que escribí.
Sonia, durante la defensa de su tesis, junto al comité evaluador. De izquierda a derecha Dr. Maximiliano Dueñas Guzmán, Sonia, Consuelo Martínez Justiniano y Silverio Pérez

El dedicarte a escribir ¿ha afectado tu profesión? ¿Que tal tu vida personal?

  • No creo que me haya afectado en lo profesional. Mi trabajo no conflige con lo que escribo. Por otro lado, mi vida personal sí se ha visto afectada; porque ahora todo el mundo le tiene más pena y cariño a mi marido. El tipo es un personaje en su estado natural. Esperan más historias sobre él. En fin, la ingratitud… jajajaja

¡Hablemos de tu primer libro publicado! ¿Cómo fue la experiencia de publicar un libro?

  • Publicar un libro es una obra de amor y comunidad. Cada escritor tiene una historia diferente. En la mía, le pedí a mi amigo Ricardo Martí que me escribiera una especie de Prólogo para el libro, porque pensaba que todos los libros tenían que tenerlo, pero no queríamos llamarlo prólogo porque odiamos las formalidades. Así que le llamamos “Advertencia inicial”. Otro buen amigo, Anto Gamunev, se ofreció a diseñarme la portada y contraportada que tanto ha gustado y siempre llama la atención. Dos personas que conocí mientras estudiaba y se convirtieron en parte de mi equipo de producción (yo también soy parte de sus equipos y embelecos). Varias editoriales que contacté me dijeron que no estaban aceptando nuevos autores, así que me fui a una imprenta y lo mandé a producir. Lo llevé a varias librerías y aquí estoy.

¡Muy interesante! También tienes varias colaboraciones publicadas. ¿Cómo ha sido tu experiencia escribiendo y promoviendo esas colaboraciones?

  • Tengo una colaboración con Ricardo Martí (te dije que también soy parte de su equipo y embelecos): La gran colección de complejos. Fue un trabajo muy fluido, porque nosotros nos pasamos “peleando” desde el cariño, así que decidimos hablar de los complejos de hombres y mujeres, y cómo el otro sexo percibe esos complejos. Se dio como una discusión entre ambos y en verdad fue hasta divertido. Promover esta colaboración en particular ha sido muy sencillo y ameno. Es una producción ligera para entretener. No es un texto crítico ni una propuesta de vida. Otro amigo escritor, José Vázquez, me pidió el prólogo para su libro de poesías Bifurcaciones. Solo te diré que el prólogo comienza con esta frase “No me gusta la poesía.” Además, escribí el prólogo del libro de cuentos “Vitrinas” de Yasmarie Hernández, y le hago trabajos de lectura y edición a infinidad de otros amigos escritores porque me encanta corregir y criticar (según ellos). Jajaja

Sé que la pandemia de Covid ha dejado en suspenso muchos proyectos. ¿Algún proyecto futuro del que quieras hablar?

  • ¡Qué dices! ¡La pandemia ha sido un taller para montones de proyectos interesantísimos! He tenido tiempo para conocer nuevos autores y para trabajar en mi próximo volumen de “Sin filtro y sin alcohol”. Quiero seguir con la línea de columnas de humor, es mi zona de felicidad; aunque también tengo cuentos; pero creo que hace más falta el ensayo de humor y escrito por una mujer. Y quiero aprovechar para mencionar los escritores que me inspiraron: Eddie López (precursor de Los Rayos Gamma), Ignacio Guasp, Erma Bombeck y Salvador Tió.
Sonia junto a Lizbeth Arroyo, dueña de la librería Tazas y Portadas en Puerto Rico

¡Me encanta! Estoy segura que este segundo volumen sera bien recibido. El lograr hacer reir con historias del diario vivir, es un arte que hay que aprovechar. Creo que este año 2020 es uno que hemos necesitado del humor para sobrellevar ciertas circunstancias.

Gracias por compartir tu historia conmigo. Eres de las personas que me ha inspirado a decidirme a escribir. Y eres de esas personas que quiero que otros conozcan. Así que estaremos pendientes a ese segundo volumen de Sin filtro y sin alcohol. Aqui les comparto el enlace de Amazon donde pueden conseguir el libro:

Y espero que todos disfruten de esta entrevista tanto como yo he disfrutado escribiéndola. Para mí es una gran oportunidad conocer a todos estos escritores maravillosos.

¡Seguiré leyendo, seguiré escribiendo, seguiré soñando! Tengo algunos proyectos más pendientes en los que trabajar. ¡Gracias por leer! Es hora de mi tacita de café. ¡Salud!

For English version, see https://fullofcoffeeblog.com/a-cup-of-coffee-with-my-friend-author-sonia-seda-gaztambide/.

I'm a Puerto Rican living in Florida. Mom, Blogger, and Writer! Fan of coffee, baseball, books, sweet romance novels and Hallmark movies, and of course, my beautiful Puerto Rico.

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